jueves, 25 de diciembre de 2008

Te regalo uno de "esos" besos...

Te miro. Me miras. No desvío la mirada. Soy buena jugando a esta clase de juegos. Sonríes, me aturdes… Ahora sí que estoy perdida. El tren avanza y nunca llega a la próxima estación. Bajas el libro, me sigues mirando… Ya no te miro ¡Qué asiento más interesante!... Toses. Te miro. Haces una mueca. Me río. Miras a otro lado y vuelves a mirarme.

- Me llamo … - informas. Me gusta. -.

No preguntas “¿Y tú?”. Me gusta todavía más. Sonrío, asiento.

- Encantada – Respondo. El tren avanza sin querer parar-.
- ¿Qué tal estás fiestas, señorita…? – Señorita. ¡Yo! Jajajaja… Me encojo de hombros. Sonrío-.
- ¿Y tú?-.
- Pasables. No es que no me gusten, es… - No te explicas. Yo te entiendo. Sabes que te he entendido-.

Me quedo mirando tu libro. No te das cuenta. Pasa un ángel. Me miras.

- Un día más. Una noche más…– Recitas en un susurro -.
- La hora bruja nos lo deshace todo – Sonrío y sonríes. Me miras. No sé si acercarme-.
- ¿A dónde vas? -.
- No lo sé – Sinceramente - ¿De dónde vienes?-.

Te señalas el corazón.

- De aquí -.

El tren se desliza. Se para. Entra gente.

- Mi parada. O eso creo – Anuncio – Nos vemos -.
- ¿Nos veremos? -.
- Seguro – Afirmo -.
- ¿Crees en el destino?-.

Vacilo.

- En absoluto -.
- Bien. Porque entonces esto sería mucho más difícil de explicar -.

2 comentarios:

Sara dijo...

Wo-ah. UST por todas partes...

Una escena alucinante :)

Leyenda Humana dijo...

¿Como no puede creer en el destino? Que chica más tonta... Tienes que inventar a una que sonria más y crea en la suerte y en el destino ^^