lunes, 30 de marzo de 2009

It's Nothing Special

Cuando me equivoco no rectifico. Es decir, puede que me equivoque y lo sé, pero si me apetece cometer el error no lo dudo. Y no miro atrás. Pero cuando se trata de ti… No sé si me estoy equivocando. Y es la duda lo que me mata. Saber que podríamos tener un final feliz y no lo tendremos. O saber que no podríamos tener un final feliz e igualmente intentarlo. Porque yo no quiero intentarlo, estoy harta de intentar… Quiero conseguir. Quiero ir más allá. Quiero que tu me des algo que no necesite. Quiero que no me necesites y que pueda sentir que si me voy, no perderás nada importante. Nada especial. Odio importarle tanto a la gente que me importa. Odio ser la única esperanza de alguna vida. Y eso me ha pasado ya muchas veces.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Sentido y sensibilidad

Te echo de menos. Imagino que si aguanto es porque sé que volverás, pero no me pidas que me duerma cuando cada sombra que veo en la noche me recuerda a ti. Me he puesto tu camisa sobre los hombros para taparme y la abrazo porque huele a ti. Tengo tu reloj en la muñeca, me pesa que sea de plata pero las horas pasan más rápido si veo en él la hora en que te fuiste. Y de repente me asusto, pienso que como no tienes reloj, seguramente no seas consciente de qué hora es y no te importe llegar un poco más tarde o más temprano, sin tener en cuenta si yo sufro porque me apetece verte aquí.

Ahora que lo pienso, tú eres el sentido. El que piensa y razona sus golpes antes de lanzarlos, el que pregunta antes de lanzar un grito por algo que se haya hecho mal, el que compone de razón las cosas el que les da cordura para que sean coherentes y pinta una vista sencilla de un cuadro enredado. También, eres "los sentidos". Eres los ojos que ven en mí todo aquello que las demás personas ignoran, eres la boca que me besa para dejar un leve rastro de locura en mis labios, eres el tacto que acaricia mi pelo cuando estoy dormida y me abrazas, eres el oído que escucha todas mis penas y me consuela y eres el olfato que se huele las mentiras y me dice que eso no lleva a ninguna parte.

Yo soy la sensibilidad. Soy la vulnerable que confía, la que se ilusiona por cosas tontas que nunca van a ocurrir, la que le da un mínimo de compasión y alma a la gente, la que siempre exagera sus sentimientos. Soy la alegría que está en tus ojos y tu boca, cuando te ríes y me abrazas pidiéndome que nos quedemos así para siempre. Soy la tristeza que resbala por tus mejillas cayendo después al suelo cuando no puedes verme. Soy la compasión que sientes y la que hace que perdones a todos aquellos enemigos que una vez te hirieron. Soy la locura que te hace decir cosas descabelladas y sin coherencia pero tu siempre susurras que estamos locos y que de la ilusión también se vive.


"Hoy que no estás, el mundo se ha vestido de gris. De pena, el cielo se va llorando por el jardín. Hoy que no estás,mi cama no ha podido dormir." Alejandro Sanz - Hoy que no estás

martes, 17 de marzo de 2009

viernes, 13 de marzo de 2009

Suena a...

No me salen las palabras. Me gustaría escribir “algo” que hablara de ti y que no sonara como un verso triste que me sale del alma. Me gustaría que no sonara a que yo te necesito desesperadamente y a que tú no estás.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Sigues pensando que te olvido

No me he olvidado de ti. Es solo que cuando peor estoy, siempre necesito dejar a un lado mi "yo" y concentrarme en ser "ella", como si estuviera vista desde fuera, porque así duele menos. Eso es lo que me gusta pensar, que ya no duele. La vida sigue pasando y yo sigo anclada en un verso. En un momento de la vida, que se llevó mi razón y mi sentido común... Como sobrevivir se puede, pero poder VIVIR (en mayúsculas) no. Estoy fuera de órbita, tal vez tan lejos que estires tu mano grande y no me toques, y sientas que no estoy ahí para ti. Porque hoy que no lo estoy, hoy es cuando te apetece pensar en mí para refugiar tus sonrisas, para abrazarme, porque tu quieres o porque lo necesito yo. No pienses que porque no esté te he olvidado, no es así. Tus ojos siguen haciéndome mucha falta, tus muecas, tus manos, tus sonrisas, tus juegos, tus palabras... Incluso esas mentiras tribuladas, del tipo "Mañana estarás mejor". Mañana no estaré mejor, pero siempre es un consuelo oírlo... De tus labios.

domingo, 8 de marzo de 2009

Veo tu apuesta y subo


Saco al tablero a un viejo jugador. Ahora es del bando contrario, si antes era muy bueno ahora es todavía peor. Se sabe todos los trucos, más por viejo que por diablo. Tiene todos los ases de la baraja bajo la manga. Tira cuando es necesario, apuesta si ve que va a ganar... Nunca ha perdido una apuesta desde que lo volví a sacar. Pero eso solo pasa en el terreno de juego. Sácalo de su mesa de Póquer y verás como no es tan bueno...

Womanizer...

sábado, 7 de marzo de 2009

Por obligación

Para Ali & B, hasta que el fin del mundo nos separe.


No voy a abandonar a mis dos mejores amigas por un grupo de personas que no conozco. No. Ellas, con todo su valor y varias de sus sonrisas, están ahí para mí, siempre. Y en la estacada ya hay mucha gente y no las voy a dejar solas allí, porque tendrán miedo y frío y yo quiero cuidarlas. Me voy. Me voy con ellas si es que toca, las prefiero antes que a las luces de mi amado, las prefiero contra corriente y contra las voces que hablen mal de mí. Me voy aunque me arrepienta, me voy a pesar de todo, porque ellas son para mí lo que yo soy para ellas. Todo.

miércoles, 4 de marzo de 2009

No entiendo nada

Aún después de tantos años, mantenía aquella cara inocente. Fue la única herencia que podía esperar, así que la aprovechó. Si te fijas, en sus ojos verde esmeralda puede verse un antojo negro, cruzando la pupila de arriba abajo, como el añarazo de un tigre. Dicen que fue obra de la tristeza, que nunca le dejó de verdad. El pelo de color chocolate, revuelto como un niño pequeño... La mejilla sucia de color negro, apenas perceptible, pero una mancha inborrable. Formaba parte de él. El destino, Dios, o quién mandara en el mundo se metió mucho con él, dejándole el alma y el corazón hechos trizas. Pero aún así, él aguantó. Resultó un psicópata muy divertido... Todas sus víctimas, morían con una sonrisa curvando sus labios. Sangrienta y desgarrada, forzada y rota, los ojos rojos de llorar... Pero... ¿Y esa muestra de felicidad? Era lo que él nunca tuvo. Ganas de reír.

lunes, 2 de marzo de 2009

Así que siempre juntos

Si estás, contéstame.

Creo que voy a establecer un mundo nuevo. Un mundo dónde las cosas no se rijan por necesidad, ni por desesperación. De nada servirá la lógica allá dónde esté el amor. Que los amaneceres serán siempre de caramelo, que las noches serán infinitas si es que así lo quieres, que el calor de nuestra cama no se escapará aunque no estemos dentro de ella. Reinventaremos una bandera, dónde sea de color azul. Dónde los (momentos) dulces no siempre se vuelvan amargos, dónde el tiempo no pase revista, ni factura…Y dónde podamos darnos besos sin que a nadie le moleste un “Te quiero”.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Despídete de ella


Me gusta la noche, porque la oscuridad es como un manto que cubre a los amantes que tienen que verse a escondidas. Me gusta la noche porque suele hacer frío, y después del frío viene el calor, pero no el calor aborchornante, si no el calor de manta en el sofá, un calor dulce. Me gusta la noche porque suele haber silencio y paz, dos cosas que yo necesito en grandes cantidades. Me gusta la noche porque yo no tengo la voluntad ni las ganas del Sol para salir todas las mañanas.

martes, 24 de febrero de 2009

Tú no te mereces albumes de fotos, recuerdos de Segovia, ni viajes a París...

Copio y pego. Lo tenía en mi otro blog, pero otra vez me lo hiciste sentir...


Fingir que te pierdo de vista. Hacerme la alocada, la desorganizada, la que llega tarde y va corriendo sin pensar en nada. Quizá sea esa la única manera de despejarme un poquito de ti. Por supuesto, hay días de descanso impuestos, pero cuando no te veo es cuando más me pregunto dónde estarás. Voy a fingir que tengo cosas que hacer, voy a mantener la mente ocupada, voy a traducir al árabe mi libro preferido, escribiré una tesis de 600 páginas sobre el miedo a la oscuridad, tenderé mis ideas para que se enfríen al frío viento de Noviembre... A ver si así te puedo dejar de pensar. No creo que sirva de mucho, sobretodo porque cuando te vea, volveré a sonreír de manera estúpida, a colgarme de tus brazos y el reloj comenzará su carrera hasta la hora en la que me tenga que ir... Qué rápidas van las agujas cuando tú las intentas parar. Encima, hace Sol, el día no puede ir más mal. Me mandas un mensaje al móvil y recorro con la mirada tú nombre y una sonrisa se dibuja en mi cara al repetir tus palabras bien escritas que me prometen que mañana no llegará:

"Está noche te veré. No te pienso dejar escapar. No habrá más mañanas, congelaremos el tiempo en ese segundo antes de amanecer en el que la noche es más oscura".

viernes, 20 de febrero de 2009

Como las que te perdiste tú



Cierra la puerta. Y los ojos. Y el alma. Déjame fuera. Como haces siempre ¿Verdad? Ya parece que se te pasaron las ganas de estar conmigo. Creo que fui más que paciente contigo, creo que te lo di todo. Aún así esperabas más. ¿Pero, qué más pides? Si te perdiste nuestro primer beso. Te perdiste el escuchar nuestra canción. Aquella tarde en el cine, tú no estabas. Estaba tu cuerpo, pero tu mente no. Te perdiste mi declaración, te perdiste las sonrisas en mi cara, te perdiste el conocer a mis amigos, te perdiste el darme abrazos cuando lo necesitaba. Te perdiste el venir a recogerme, te perdiste cuando fui a darte un beso, no estuviste cuando te mandé un abrazo, tu no estabas en aquellas vacaciones. No estuviste aquella vez en el teatro, no estuviste cuando te invité a venir, no estabas cuando me tocaba a mí salir a escena, no estabas cuando yo te sonreí. Te perdiste las caricias en la cama, te perdiste el aire gris del porvenir, te perdiste mis enfados, te perdiste las lágrimas que hablaban de ti. No estuviste cuando quise darme cuenta, no estuviste cuando yo de allí me fui, te perdiste cuando yo ya no estaba, y ahora si que estás aquí.

jueves, 19 de febrero de 2009

Hecho Pedazos

Llámame. O no lo hagas, mejor. Hazlo, pero solo si tu quieres. Aunque elijas no sufrir, tú llama. Verás como te respondo, verás que bien he aprendido a fingir que todo va bien, que soy feliz... A decir tonterías con tal de no decir la verdad. Tú llama y comprueba por ti mismo como salen palabras de mi boca, vacías y mentirosas, crueles y despiadadas... No llames, si no te has recuperado aún. Yo no te llamo porque no lo he hecho. Pero recibiría tu llamada con gusto y esperaría a ver qué tal. Tú también sabes mentir, pero se te nota más que a mí. Llámame y pregúntame por él, te diré que hemos roto, que soy libre, te diré que quedamos como amigos y que cumplió su función de hacer que me olvidara de ti. Aunque luego le llames a él y no te diga nada de eso, que rompimos porque lloraba por las noches, por ti, pensando en eso. Llámame, o no llames. Mejor, quédate callado. Hazme sufrir con este silencio, tortúrame con las conjeturas. Ojalá te viera, ojalá te viera... Y si te veo, entonces salgo corriendo. No quiero verte, pero ojalá te viera. Lo que quiero decir con esto, es que ojalá te viera... echándome de menos. Llámame. ¡No, no llames! Llama si quieres. Mentiré, solo eso, para hacerte creer que estoy... bien.

lunes, 16 de febrero de 2009

No es poco lo que estoy haciendo

Porque te estoy amando.


Aunque en realidad... No te quiero. Simplemente es que me pones nerviosa cuando entras en la misma habitación que yo. Tus ojos se congelan dentro de los míos y me paso horas y horas mirándote sin verte, solo porque pienso en ti. Hace tiempo que eres mi mundo, mi sueño, mi esperanza... Mi vida entera. Para decirte lo que siento no tengo palabras. La que más se acerca es amor, pero es que está demasiado gastada.

sábado, 14 de febrero de 2009

Celebramos cada noche el 14 de febrero


Feliz San Valentín

Pues no es normal. ¿El qué? Que lleve esperándole veinte minutos en la puerta de su casa, de aquí para allá a lo largo de la calle, con un dolor de pies impresionante y congelándome de frío porque se suponía que ÉL debía de prestarme su chaqueta caballerosamente. Que no, que no es normal, en mi maravilloso cuento de hadas "Made In Disney", la princesa espera en su casa sentada tocándose las narices hasta que decide hacerle un favor al pringado de las flores que está en el rellano y decide salir. ¡Pues eso! ¡Así tenía que ser, y no al revés! Claro, que yo no llevo flores. ¡Solo faltaría eso!



(Es que me he puesto a pensar en ti. ¡Mira que cosas más raras me salen! Claro que tú nunca me harías eso. Tú nunca me regalarías flores)

viernes, 13 de febrero de 2009

Sueña Conmigo



"Soy idiota... Te quiero..."
"Pues yo debo de ser gilipollas, porque todavía te quiero más".

A ratos estoy bien y a ratos me acuerdo de ti. Durante todo el día me pregunto qué pasará esta noche. Donde estarás... Si te dejará venir la luna o considera que es demasiado tarde para que su querido "niño" esté danzando por casa de sus amigas... ¡Bah! Puñetero astro rey, que hace que el día comience una vez más y se vaya nuestra noche... Y entre pitos y flautas nunca tengo tiempo de verte... Pero la noche siempre es nuestra. De los amantes que se esconden, la oscuridad nos da cobijo y mis sábanas te protegerán del frío, vente que aún hay luz y no te perderás por el camino... La próxima vez, dejaremos migitas de pan.

martes, 10 de febrero de 2009

No se lo digas nunca

Te voy a contar un secreto.

¿Vale?


A veces me gustaría deshacerme de una persona a la que le caigo bien

Estoy ausente. Estoy que no estoy.
Sé que tu intención de hacerme hablar, es buena, pero...
¡Déjame en paz!


lunes, 9 de febrero de 2009

La ventana

La próxima vez cerraré correctamente la puerta del olvido, que luego pasa lo que pasa y toca recordar...


Tengo miedo... ¿Me protegerás?
Por supuesto
¿Aunque pasen cosas malas?
Aunque ello me cause la muerte

jueves, 5 de febrero de 2009

No. No quiero.

La respuesta es no. Puede que otra vez me acuses de ser yo quién adjudica, quién acusa y quién condena... Y todo porque he visto que no has sonreído hoy. Aún se me encoje el corazón cuando oigo que no soy tu chica preferida. Lo sé y miro hacia otra parte como si el hecho de mirar a otro sitio fuera a hacer que te dieras cuenta de lo importante que eres para mí. Toco con la punta de los dedos las ganas de salir de aquí... Nunca me han tachado de bajita, pero es que ahora mismo tu cielo está muy lejos. Acabo por comprometerme a sonreír y no aguar ninguna fiesta, porque al fin y al cabo me mantienen levantada las ganas de luchar de los demás... Por mí. Creo que si no contara con esos sollozos cada noche a las 22:30 me volvería loca, loca. Cada mañana que llega se abre ante mí vacía y sin promesas, sin consecuencias ni planes, sin fuerza y sin esperanza... Y es como seguir de pie, por miedo a caer. Pero no puedo comprender que ya estoy abajo, bien abajo, junto con las cosas malas y el dolor del amor. Creo que si alguna vez me vuelvo a dar cuenta de lo que sucede y vuelvo a calzarme las sonrisas, ponerme de pie y gritar que si estoy aquí es porque valgo... Entonces será cuando me decida a decirte que hablarte es imposible y olvidarte no he querido.

lunes, 2 de febrero de 2009

Escucho. Esta va por mí



"Esos pasos que todavía oigo salir de mi vida..."


Me gustaría, una vez más, que estuvieras aquí. Claro que por pedir, podría pedirte sin respuesta y es por eso que no lo intento. Porque me frusta gritar y que solo el eco me responda, con burla y sorna, las mismas palabras que yo le grito. Vivo en ese sueño ligero que tienen los que aún esperan. Yo te espero, hasta durmiendo. Nunca duermo del todo ¿sabes? Cuando duermo no es más que una forma distinta de esperar. Pero empiezo a derrumbarme, esperar en vano no es más que aplazar la vida. Poniéndonos serios, seguiré esperándote porque sé que no vas a tardar. Y te volverás a ir, y volverás a venir... Y así, hasta que esperar sea tan frágil y cansado, que decida no aplazarlo más... Y dejé escapar la vida.

domingo, 1 de febrero de 2009

Una habitación con vistas



Me olvidé de que aún tenía mensajes en el contestador que debía escuchar. Perdona. Llevaba la maleta vacía, la llevaba por llevar. El aire frío, vacío, que huele a lluvia y a mar, se queda al otro lado de la ventana de cristal desde dónde te veo pasar, cada día, cada noche... Todos los días estoy por llegar y siempre estoy en otra parte. Hoy me he despertado en la cama, pensando en que mi inconsciente te odiaba por darme con qué soñar, que era con verte mal... Pero sumando uno más uno, y si no me equivoco demasiado y me dan dos, veo que está más claro que nunca que te echaré de menos. ¿Sabes qué? Pensé que él podía esperar. Se le da bien esperar. Le enseñé yo. Me empujé las gafas con el fin de encontrarme con la mirada de alguien a quién quisiera ver. No estabas tú. Pero no tengo miedo, siempre te las apañas para encontrarme. Sé que no ha sido tan horrible como podía llegar a ser, solo espero que el túnel nunca vuelva a estar tan iluminado como esta noche, antes de amanecer.

viernes, 30 de enero de 2009

La habitación del adiós



Dicen que hay una habitación del adiós para cada persona. Hoy he decidido que debería pasarme por la mía y hacer limpieza de recuerdos. Cuando he entrado, había un gran mostrador en una habitación morada y tras él, un hombre. Me he acercado y he encontrado unos planos sobre el mostrador, mientras el hombre me miraba sonriente y por fin se decidía a explicarme lo que estaba pasando.

- Buenas noches, Señorita ¿Puedo ayudarla en algo? - Su tono cordial me ha recordado que no todos los desconocidos son malos-.
- Sí... Estaba... Buscando mi habitación del adiós - He explicado tartamudeando-.
- Por motivos de espacio, hemos tenido que fragmentar esa habitación en varias. Bienvenida a la recepción de tu habitación del adiós -.

En la placa del hombre tan amable ponía "Destino". Al parecer, acababa de explicarme que hay demasiadas personas en mi vida, importantes, que me han dicho adiós, como para que todas quepan en un lugar solo.

- Aquí tienes el plano con las diferentes habitaciones. ¿Necesitas un guía?-.
- Creo que no. Pero... ¡Gracias!-.

Porque ya sabía dónde ir. Ya sabía cual asear, cual tener por prioridad. La tuya. Apenas tiene polvo porque siempre vienes y vas. Nunca has estado demasiado tiempo fuera de mi vida... Ni dentro de ella. La habitación es azul (creo que la pintaste así porque era mi color favorito) y tú estás dentro a veces, otras no... Ahora no. Pero están tus cosas. Está el escalofrío que me recorrió la espalda la primera vez que te vi, está el calor de las tardes junto a ti en el sofá viendo una película, está la esperanza de volver a verte al día siguiente, están las sonrisas desdibujadas por las noches y las lágrimas que usaba, de tanto llorar, que tú curabas y guardabas por si las volvía a necesitar.

- ¡Hola! - Me he girado. Al otro lado... Tú - ¿Cómo tú por aquí?-.
- Ya ves - Me he encogido de hombros - Que quiero volver a empezar-.

martes, 27 de enero de 2009

El hombre de Negro



Últimamente no tengo muchas sonrisas. Y nadie las tiene para mí. Las cosas no van bien por el Mundo Sensible. Son las diez de la noche y yo me subo al último autobús que para en casa. Estoy cansada, porque ya no hay buenos días ni buenas noches y apenas he podido dormir. Busco asiento y no me cuesta encontrarlo, porque el vehículo va casi vacío. Al otro lado del pasillo, hay un hombre que viste de negro, que mira al frente y que sonríe. Le lanzo miradas de soslayo y me preguntó porqué sonreirá. Sea lo que sea, espero que le vaya bien. Es entonces cuando su mirada se cruza con la mía. Me sonríe más ampliamente y se levanta lentamente, como en una película, caminando por el pasillo hasta la puerta de salida del autobús. Al pasar, deja una nota sobre el asiento que está a mi lado. Cuando la cojo y la tengo en mi mano, él ya se ha ido... Pero la puerta está cerrada. Leo la nota con rapidez.

"Mira bien".

Frunzo el ceño y miro a mi alrededor. Ahora sí que está todo vacío y mi parada es la siguiente. Me pongo corriendo al lado de la puerta, no vaya a bajarme dónde no es. Pero no hace falta que avise al conductor de que quiero bajar, él ya había parado en el sitio. Lanzo una mirada al retrovisor del autobus y al volante te veo sonriendo. Yayo Antonio. Sonrío y me abres las puertas. Me despido con la mano y bajo. Una vez en la acera, el hombre de Negro está ahí. Le miro con una sonrisa y él sonríe una vez más y... Desaparece.

domingo, 25 de enero de 2009

¿De qué me conoces?

Los sueños están para cumplirlos. Y si te dicen que no se cumplen, es mentira. Había soñado tanto con ese momento... Aunque no me imaginaba que se acabara el aire al oír tu aliento. Mi corazón latía tan fuerte que no podía oír nada más. Roja hasta los orejas, despeinada y nerviosa... Solo quería huir. ¿Sabes lo que más me asombró de todo? Que fuera capaz de reconocerte con tanto aplomo. Quince, tal vez veinte metros. De espaldas a mí, vestido de negro. ¿Reconocí tu espalda? ¿O acaso tu alborotado pelo? De perfil me convencí, y nunca me arrepentiré de haber dicho "Es él. Está aquí". Pero soy estúpida, tonta, no me merecía semejante privilegio. Aunque te mirara y me miraras, aunque tu autógrafo tenga en mano, aunque me pillaran tus amigos lánzandote besos... No fui capaz de decir "esta boca es mía y este corazón es tuyo".

23-01-09

Gracias, C.

martes, 20 de enero de 2009

De un impulso....

Cantabas tan cruelmente ignorando mi voz
Ignorando que yo estaba allí presente
Dándole de golpes a la suerte
Maldiciendo tu perdón
¡Que nunca me enamore!
¡Que para amores estoy yo!

Fingiste no verme. Yo no existía en tu mundo de cristal. Mirabas al frente, la voz alta y clara y solo hacías caso a los demás. Pero a mi voz no la escuchabas, mi mirada no veías y a mi corazón... ¿De él que puedo decir? Que lo ignoraste sin que te hiciera nada... más que enamorarse de ti.


Que sepas que no olvido que solo tres días quedan.

domingo, 18 de enero de 2009

Ya no juego más. ¡Qué harta estoy de perder(te)!

Y nada más triste y doloroso que encontrarme una carta tuya dónde ayer estabas tú.


Cariño, perdóname.

Por ser tan egoísta e irme de repente. Por abandonarte cuando más me necesitas. Por no volver. Por tenerte ilusionada y luego dejarte caer de golpe. Por dártelo todo y después dejarte en la nada. Por hacer que llores sin que tus lágrimas arreglen mi marcha. Por decirte todavía, a pie de huida, que te quiero. Por recordarte que serás feliz otra vez, sin mí. Por pedirte todo lo que me dabas y no darte todo lo que tenía. Por no ofrecerte más que llamadas, y si quieres alguna visita. Por pedirte que me olvides y yo no hacerlo. Por obligarte a seguir sin que esté yo contigo. Perdóname por huir. Y por no decirte, todavía, lo mucho que de ti he aprendido. Y no te digo que te quiero, porque posiblemente, te enfades conmigo.

viernes, 16 de enero de 2009

No hay que preguntarle

Aún no teníamos respuestas. Es lo que más nos hería en el orgullo, pero también pesaba en el alma. La única luz al final del túnel fue un tren viniendo hacia nosotros que se nos llevó por delante, así, sin más. Fue como tener un accidente por nuestra propia estupidez. Mi ego podía soportarlo. El suyo no. Cuando nos detuvimos en medio de la plaza serían… ¿Qué? Las doce de la noche, más o menos. No me apetecía entrar, así que mandé a Jaime que se paseara él por el interior de aquel local. La vista del exterior era mucho más bonita que su interior, con eso lo digo todo. Me senté en la barandilla de piedra que daba a la plaza dónde habíamos estado segundos antes. Mi ego podía soportarlo. El suyo no. Sin embargo era yo la que tenía ganas de llorar mientras me congelaba las manos apoyadas en la fría piedra. Jaime no tardó en salir, con cara de resignado.

- Joder. Vas a tener tú razón y solo estamos haciendo el imbécil... – Me gruñó-.

miércoles, 14 de enero de 2009

Espérate, no corre prisa

Ayer por la tarde-noche, yo tenía otra cosa en mente.
¡Lástima que no pueda recordar qué era!
Se me quitaron las ganas de verte, en cuanto el telón se hizo a los lados.
Es... como si no te viera.

Se abre el telón y me olvido. Sus voces me hacen imaginar. Me olvido de todo, de ti, de mí... De la persona que tengo al lado. A no ser que sea un actor que mi respeto se haya ganado. Me olvido de dormir, de comer o de soñar. Uno no necesita nada cuando viene a sonreír. Me olvido de estudiar, de soñar o de mentir. Me olvido de esperar, de llorar o de sentir. Me olvido, porque el teatro es mi único gran y verdadero amor. Y en mi vida no cabe nadie más.

lunes, 12 de enero de 2009

Prometo...

El viernes ya no promete nada. Porque sabe que no lo va a poder cumplir. Viernes es un día de palabra y hoy me ha dicho que no promete nada y que no piensa hacerlo hasta dentro de un par de meses. Cree que no tiene el suficiente potencial para hacerme sonreír y esperarlo con ganas y posiblemente, tenga razón. Ahora ya todo ha perdido su color y el viernes ya no sabe hacerme reír, ahora nadie puede jurarme que vendrá algo mejor porque nadie sabe a ciencia cierta si será así, de momento, al mal tiempo le presento mala cara. Y le digo "¡Adiós!" al viernes, que ya no promete nada.

domingo, 11 de enero de 2009

Honey, honey...

Carla
(Invención de última hora. ¿Qué nos ha pasado?)

Cariño ¿Porqué lo haces tan difícil?
Puede ser bonito. Yo te quiero.
Pero yo no deseo algo como esto.
No soy la chica que necesitas. No soy para ti.
Odio decirte que no, pero es así.
Te quiero, pero no será hoy.

Ayer era todo muy simple, no me querías.
Yo estaba enamorada de él y todo iba mal.
Tu me dijiste "Soy tu amigo y más".
Yo nunca entendí que tu amistad no era solamente eso.
Tu lo querías todo para ti y yo solo puedo darte mis pedazos.

El problema no es su ausencia.
El problema es que le espero.
Yo no quiero esperar más, quiero tenerte.
Ahora eres tú quién me olvida.
Yo he cambiado y ha sido para bien.
Tu dices que ya no soy la misma.
Que tu me quieres a mí
No a mi otro yo.

jueves, 8 de enero de 2009

Ya no sirve de nada

Supongo que este no es un post como otro cualquiera. Es un post avergonzado de tener que decir lo que pretende expresar, más que nada porque para pedir una disculpa antes tienes que haber hecho algo mal. Y yo lo hice. Quiero pedirle perdón a una persona a la que quiero muchísimo y a la que, lamentablemente, por mi cabezonería y mi falta de confianza, he perdido. Para siempre. Es como esos trenes que solo son de ida... Y la vuelta queda tan pendiente que acabas por no volver. Comprendo su actitud de no querer abrirme la puerta, de haberse cambiado de móvil, de no responder a mis e-mails... Al principio no era mi intención causar esto, luego fue solo echar marcha atrás para buscar los errores y corregirlos. Y aún estaban los tachones, que destacan por ser precisamente eso, tachones. De esos que sabes que, cuanto más intentes borrarlos, más se van a notar. Después de tanto llanto y tanta amistad rota, esperaría haber encontrado algo que sirviera. Algo que nos permitiera vivir mejor. Pero me temo que no es así.

martes, 6 de enero de 2009

Caso perdido

Te quiero, pero te lo voy a decir en voz bajita, para que tengas que acercarte para escucharme y así yo te sienta cada vez más cerca de mí. Bajaré de las nubes el día en que tú te des por vencido y aceptes que no puedes vivir sin oír mis locuras, sin besar mis labios, sin mirar mis ojos... Dejaré de estar ausente y perdida, cuando reconozcas aquella vieja canción, que en su día escribió Sabina con su "Nos dieron las diez y las once, las doce, la una..." Porque, realmente, nos han llegado a dar las tres. Dejaré de sentirme vacía cuando me devuelvas el alma que como fianza te llevaste contigo. Dejaré de llorar cada noche cuando el 31 de enero te traiga surfeando en una de sus olas de frío. Dejaré de murmurar cuando el catorce de febrero no te acuerdes del día y lo sientas y prometas que el año que viene te acordarás. Dejaré de pasarlo mal, cuando llegues... Así que no tardes, que no aguantaré mucho haciéndome la valiente.

lunes, 5 de enero de 2009

Punto y seguido

"Un buen consejo, si me permites, es ignorarlo cuando hace ruido, no olvidar nada y pagarle con la misma moneda en cuanto tengas ocasión. [...] Nunca entres en la batalla cuando tienes todas las de perder. Sin embargo, jamás dejes que una persona que te ha insultado se salga con la suya. Espera tu momento, y cuando estés en una posición fuerte, devuelve el golpe, aunque ya no sea necesario"
(En cursiva fragmento de "Los hombres que no amaban a las mujeres" de Stieg Larsson)

Eso voy a hacer. Voy a esperarte con el cuchillo tras la espalda. Y vengarme porque ya son muchos años los que llevas jodiéndome la vida. Sin embargo, veo que el tiempo pasa y nunca estoy en una posición fuerte. Impaciente, espero mi subida para ver tu estrepitosa caída desde mi sofá de cuero. Esperaré...

sábado, 3 de enero de 2009

Commencer de nouveau

No te puedo decir fecha y no te puedo decir lugar... ¿Pero acaso necesita el amor algo así para sustentarse? Ni siquiera recuerdo el conocernos, directamente pasé a quererte. Toda nuestra relación se basaba en problemas y en tirar adelante. Empujábamos al otro, a veces por el camino que no era, y siempre teníamos que darnos cuenta e ir al rescate antes de que alguno se hiciera mal. Yo solía cansarme de todo aquello, de tanta angustia y tanto "Porque, pero, prisa y para...". Decidí que no quería seguir tirando de ti. Decidí que iría a mi manera y por mi camino, porque así, si quería pararme me pararía, y si decidía seguir, continuaría. No dependería de ti. Pero siempre me daba de bruces con la necesidad de tenerte. Y cada vez que me veía fuerte eras tú el que sentía recaer. Y volvíamos a intentarlo. Nosotros tuvimos cuartas, quintas, sextas oportunidades... Al final no se trató de empezar de nuevo, al final solo se trató de huir. Pero nosotros, a la larga, no funcionábamos. La cosa volvía a estropearse y a ver quién era el majo que nos entendía entonces. ¡Y por separado! Hoy nos he encontrado, a ti y a mí... Cambiados. Plasmados en el papel y en la tinta de un escritor que no nos conoce ni de lejos. ¿Y sabes que he decidido, antes de saber incluso como iban a acabar? Que no quiero seguir tirando y aquí me quedo. Que si vienes, no me verás.


A veces se veían tan asiduamente que tenían la sensación de ser pareja estable; otras veces podían transcurrir semanas, e incluso meses, entre encuentro y encuentro. Pero del mismo modo en que los alcohólicos recaen después de un periodo de abstinencia, ellos siempre acababan volviendo a por más. Naturalmente, a la larga, no funcionaba. Una relación así estaba condenada al sufrimiento. Los dos habían dejado atrás, sin miramientos, promesas rotas y relaciones traicionadas.

(En cursiva, extracto de "Los hombres que no amaban a las mujeres" de Stieg Larsson; Pag. 79)

jueves, 1 de enero de 2009

Hasta arriba

El suelo está muy sucio y la barra todavía peor. Paredes pintadas de un desagradable color, adornadas en un intento de triunfo por mentiras, recuerdos olvidados y gritos de borrachos que no pueden pagar. Los taburetes cojean y a ver quién es el listo que se atreve a sentarse en una mesa. Es un lugar de mala muerte. Pero aún así, avanza desde la puerta hasta el taburete. El camarero lo mira con cara de pocos amigos, no se pregunta porqué. Entiende que no le guste su trabajo. Con mucha experiencia que tiene, nunca ha visto a un camarero estar al otro lado de la barra, bebiendo para olvidar. Olvidando sin beber, perdiendo aquello que aún le pudiera quedar. Pide un vaso de whisky, barato. "Hasta arriba". Y esa frase... "Deje la botella en la barra". Tiene suficiente dinero para permitirse que ese líquido amargo que tanto detesta le haga olvidar. Antes de beber lo mira. No sabe como va a volver. Ni siquiera se ha preocupado de procurarse cierta decencia. Tampoco le importa. Bebe un vaso y dos y tres... Respira y suspira, grita y susurra... Bebe cuatro, cinco y seis... Se echa a llorar y se ríe... Bebe siete, ocho y nueve... La cordura poco le aguanta. Y acaba pidiéndole al camarero que brinde bebiendo con él.