Cantabas tan cruelmente ignorando mi voz
Ignorando que yo estaba allí presente
Dándole de golpes a la suerte
Maldiciendo tu perdón
¡Que nunca me enamore!
¡Que para amores estoy yo!
Fingiste no verme. Yo no existía en tu mundo de cristal. Mirabas al frente, la voz alta y clara y solo hacías caso a los demás. Pero a mi voz no la escuchabas, mi mirada no veías y a mi corazón... ¿De él que puedo decir? Que lo ignoraste sin que te hiciera nada... más que enamorarse de ti.
Que sepas que no olvido que solo tres días quedan.
martes, 20 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Eso también pasará...tranquila.
Un abrazo.
Publicar un comentario